4.- Realizar evaluaciones significativas fuera del aula y no sólo para el profesor

Uno de los desafíos más grandes que tienen los docentes al evaluar el aprendizaje de los estudiantes, es lograr que los instrumentos vayan más allá de formatos académicos, logrando situar a los estudiantes en las tareas y procedimientos que tendrán que desempeñar en el trabajo”.

La idea es que el docente, al diseñar una estrategia de evaluación, piense: “¿para quién o quiénes es importante que mis alumnos aprendan esto?”. Bajo esa consigna, la creatividad surge y permite simular instancias reales de desempeño profesional. Por ejemplo, siguiendo el caso del informe diagnóstico de estudiantes de Psicología, el docente puede establecer un contacto con jardines infantiles de la JUNJI y ofrecer la realización de procesos diagnósticos en niños menores de 5 años para evaluar el desarrollo de éstos. Los estudiantes deben realizar los diagnósticos, elaborar informes, diseñar y ejecutar entrevistas de devolución a padres y docentes de los niños. Así, los alumnos se enfrentan a un desafío realista y además, el trabajo es útil para una población particular.

En este proyecto, se promovió que los docentes tomaran en cuenta las funciones que los profesionales llevan a cabo en la vida real, con formatos innovadores y evaluando habilidades que son posibles de transferir a otros contextos, y no son útiles sólo en contexto universitario. Esto provoca un alto compromiso hacia el proceso de aprendizaje por parte de los estudiantes, al encontrar que estos dispositivos tienen un sentido y son útiles.

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